Era viernes por la noche y estábamos listos para desconectar del trabajo y pasar una velada diferente. ¿Nuestro destino? La Petite Forêt, uno de los restaurantes más llamativos y vanguardistas de Andorra, situado en el Parc Central de Andorra la Vella. El plan era sencillo: cenar ligero, alargar la noche con unos cócteles y disfrutar de la música en directo. La decoración moderna y rompedora del restaurante ya nos había cautivado desde nuestra llegada.
Un ambiente único y vibrante
Desde el primer momento en que entramos, el ambiente vibrante y festivo nos atrapó. La decoración es espectacular, con detalles que combinan lo moderno y lo natural de manera muy original. El ambiente es ideal tanto para una cena íntima como para disfrutar con amigos, como en nuestro caso. Las luces, la música y la energía del lugar crearon el entorno perfecto para lo que buscábamos: una noche diferente y con un toque de sofisticación y diversión en Andorra la Vella.
Compartimos sabores sorprendentes
Decidimos compartir 3 platos que llamaron nuestra atención por lo frescos y creativos que parecían. El primero fue un carpaccio de apio con edamame, ralladura de limón confitado, láminas de coco y manzana verde. La mezcla de texturas y sabores frescos fue un éxito rotundo. El coco crujiente combinado con la acidez de la manzana y el toque cítrico del limón hicieron que este plato fuera perfecto para comenzar la noche con algo ligero pero diferente.
Nuestro siguiente plato fue un tataki de atún Balfego con salsa teriyaki y aguacate. El atún estaba en su punto perfecto, tierno y jugoso, con el contraste justo de la salsa teriyaki que lo hacía irresistible. El aguacate aportaba una suavidad que complementaba muy bien la intensidad del tataki, convirtiéndolo en uno de nuestros platos favoritos de la noche.
Para cerrar la selección de platos principales, pedimos unos raviolis caseros de langostinos con salsa thai, almendras y aires de yuzu. La combinación de sabores exóticos y texturas hizo que fuera imposible dejar de comer. La suavidad de los raviolis, el toque crujiente de las almendras y el sabor refrescante del yuzu crearon un equilibrio que disfrutamos en cada bocado.
El final dulce: Un postre de limón inolvidable
Ya satisfechos, pero no queriendo que la experiencia terminara, optamos por un pastel de limón muy original en forma de limón. Este postre era tan visualmente impactante como delicioso, con varias texturas cítricas que iban desde un sorbete refrescante hasta una mousse suave y cremosa. La acidez y frescura de este postre fue la forma ideal de terminar nuestra cena antes de pasar a los cócteles.
Cierre con Cócteles y Música en Directo
Con el postre llegó el momento de los cócteles. Cada uno de nosotros optó por algo distinto: uno eligió un expreso martini que le dio energía para seguir la noche, otro se decantó por un peach tree más afrutado y dulce, mientras el más clásico del grupo disfrutó de una copa de Moët Chandon. Mientras tomábamos nuestros cócteles, la música en directo nos acompañaba, dándole el toque final a una noche que superó nuestras expectativas.
Una Experiencia que Repetiremos
La Petite Forêt no es solo un restaurante; es una experiencia completa. Desde su ubicación privilegiada en pleno Parc Central hasta su decoración vanguardista, cada detalle está pensado para sorprender y crear una velada inolvidable. Los sabores únicos, los cócteles de autor y el ambiente festivo hicieron que nuestra noche fuera perfecta. ¡Sin duda, repetiremos!