Después de una mañana espectacular en el Mirador Solar de Tristaina, bajamos hacia nuestro hotel en Ordino con hambre de aventura… y de buena comida. Habíamos reservado en Cal Tonet, un restaurante que conocemos bien porque nunca falla. Además, tuvimos la suerte de poder aparcar gratis en el parking público, a solo 1 minuto a pie del restaurante, y disfrutamos de dos horas de aparcamiento cortesía de ser clientes de Cal Tonet. ¡Un detalle que se agradece!
Ambiente familiar y cocina de montaña
Ubicado en La Cortinada (parroquia de Ordino), Cal Tonet es un restaurante familiar, especializado en cocina tradicional de montaña. Al entrar, ya sientes ese ambiente acogedor y cercano, con un toque que te hace sentir como en casa. Aquí no hay artificios, solo buenas carnes a la brasa, recetas de toda la vida y un ambiente de auténtica montaña andorrana.
Un festín para compartir
Para empezar, pedimos un par de entrantes para compartir. Primero, 2 carpaccios de ternera, que estaban exquisitos, con un corte finísimo y un sabor espectacular. Luego, nos lanzamos a por uno de los platos estrella de la casa: los cargols a la llauna. Estos caracoles, preparados a la manera tradicional, estaban simplemente perfectos. Un plato sencillo, pero lleno de sabor, de los que nunca fallan.
Como platos principales, compartimos 2 opciones muy diferentes, pero igual de deliciosas. El chuletón de Andorra, certificado y de una calidad excepcional, fue una elección de las mejores. Jugoso y tierno, lo disfrutamos entre dos. También pedimos un arroz de montaña con carne y verduras para compartir, que resultó ser otra maravilla, lleno de esos sabores auténticos que solo la cocina tradicional puede ofrecer.
Si sois más de pescado, sabed que son unos auténticos maestros de todo tipo de arroces: el arroz negro con calamares y allioli que sirvieron en la mesa de al lado tenía una pinta espectacular 🙂
Del huerto a la mesa
Un detalle que nos encantó es que muchas de las verduras que sirven en Cal Tonet vienen directamente de su propio huerto, justo al lado del restaurante. Este toque local y de proximidad hace que cada plato tenga ese punto extra de frescura y calidad que tanto valoramos.
Un buen postre y vinos caseros
Para acompañar semejante festín, decidimos optar por un vino Contino reserva 2019, un Rioja tinto con mucho cuerpo que maridó a la perfección con las carnes y el arroz. Cada copa realzaba los sabores de los platos, haciendo que la experiencia fuera aún más especial
Para cerrar con broche de oro, los postres caseros fueron la mejor manera de terminar nuestra comida. La tarta de queso y la tarta de almendras merecen una mención especial. Si te gustan los postres con sabor auténtico, ¡aquí no te puedes equivocar!
Conclusión
Nuestra experiencia en Cal Tonet fue todo lo que esperábamos y más. Desde la cocina tradicional de montaña con sabores auténticos hasta el trato familiar que te hace sentir como en casa, este restaurante es un imprescindible para quienes buscan una comida casera de calidad en un entorno acogedor. El detalle del parking gratuito a tan solo un minuto a pie es la guinda del pastel para quienes, como nosotros, llegamos hambrientos después de una mañana de aventuras. No te olvides de reservar con antelación, siempre está a tope 🙂